Fue un anochecer hermoso. La voz de Paula conmovió a todos, la experiencia de Ricardo se esparció por los aires de la terraza y más allá. Sirenas en el mar, bichos en el coco, ukeleles, goles poéticos y mucho afecto. Se fue la última bicicleteada del año. Gracias, gracias. Gracias a la gente de Colmena y del Matienzo, gracias a las sirenas y a los sirenos. Felicidá acsoluta.
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